En ocasiones se juntan las catástrofes. Unas son provocadas: votar a Sánchez habiendo a mano opciones dignas. Otras son fortuitas, como la pandemia o la conversión de España en un solo bloque de hielo. Los elementos han unido, con el guiño de los procesos ciegos y el de la ignorada geografía que subyace a la política, a un país empeñado en separarse.
Pero incluso las catástrofes fortuitas las puede agravar la provocada, y por eso el peor gobierno de Europa lleva los efectos de la pandemia hasta sus luctuosos récords, los envuelve en esa opacidad propia de las autocracias, y somete al personal a la periódica broma macabra de unas comparecencias públicas entre el monólogo cómico y el de terror,
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Más información
Comentario:*
Nickname*
E-mail*
Website
Guardar mi nombre, correo electrónico y sitio web en este navegador para la próxima vez que haga un comentario.